Xalapa Enríquez, Ver a 02 de Agosto de 2025
Hace poco tuve la oportunidad de trabajar una sesión gastronómica en un negocio de hamburguesas, alitas y snacks junto con mi amigo y compañero de fotografía @kevonito_arw.
Fuimos bien recibidos por el Sr. Roberto Lobato, quien, además de ser una persona bastante fiel a su trabajo y con años de experiencia, nos compartió algunos de sus oficios y de sus buenas experiencias a lo largo de su trayectoria.
Mi mayor preocupación al hacer fotografía como parte de un trabajo remunerado, o como parte de alguna colaboración, encargo o proyecto que no es personal, no radica tanto en mis conocimientos, sino en la subjetividad de la apreciación de la fotografía y la visión y percepción de cada cliente.
Sin embargo, gracias al buen ambiente, la comunicación y el esfuerzo compartido, poco a poco esos temores se fueron disipando. Comencé a sentirme más ligero, lo cual ayudó a desenvolverme con más libertad.
Aunque he de decir que hubo un momento en el que me sentí bloqueado y un tanto rebasado por la cantidad de platillos a fotografiar.
A pesar de eso, la sesión fluyó como se esperaba y me dejó un aprendizaje valioso que estoy seguro que en un futuro será parte de los cimientos de todo lo que estoy construyendo. Cada paso, cada error y cada fotografía, sin duda ayudan a mejorar tanto en lo técnico como en lo narrativo.
No cabe la menor duda de que aún me queda mucho por mejorar, y que esto es un esfuerzo constante.
La decisión de compartir esta experiencia es también una forma de crear una memoria visual y escrita de mi proceso, para poder mirar atrás con claridad y reconocer qué tanto he avanzado o en qué aspectos necesito reenfocar mis pasos.
Además, creo que hay algo muy especial en compartir estas experiencias con quienes también están comenzando o están enfrentando sus primeras sesiones fuera del espacio personal. Conectar con esas personas también es parte de mi propósito.
Aunque durante la sesión hicimos imágenes más técnicas y pensadas para mostrar el producto final, decidí que para esta entrada quería compartir algo diferente.
Las imágenes que aparecen aquí no fueron planeadas ni posadas. Son fragmentos del proceso, momentos que ocurrieron mientras todo estaba pasando.
Me interesa mostrar no solo el resultado, sino lo que hay detrás: las manos que cocinan, la concentración, el ritmo del lugar.
Porque para mí, fotografiar también es documentar. Y en lo cotidiano hay una belleza que no necesita artificio.
Estas fotos me permiten contar una historia más íntima, más humana. Una historia donde el trabajo, la pasión y la comida se encuentran en el mismo instante.